miércoles, 5 de junio de 2013

Imagina: Our Summer.

Pte. 1

(Podréis escuchar la canción clicando sobre su título)

El curso había terminado. Las notas habían estado bien. Cuatro ochos, algún que otro nueve… y bueno, como siempre, te quedó inglés. Se te daba fatal, no había manera de aprobar. Tú tenías interés, de hecho incluso te gusta pero eras incapaz de memorizar tanto vocabulario y estructuras.

Tus padres te habían llevado a muchas academias, incluso habían contratado a profesores particulares pero, como mucho, conseguiste avanzar del dos al cuatro. Ya sabían que te iba a quedar -se había convertido en algo habitual desde que comenzaste Bachillerato- por lo que no te castigaron.

De hecho cuando les preguntaste si te dejaban ir a Bournemouth –una pequeña ciudad costera del Sur de Inglaterra- te dejaron, porque pensaron que era una buena oportunidad para mejorar tu inglés y que sabrías manejarte porque en realidad sabías bastante inglés, pero no el suficiente como para aprobar los exámenes imposibles de la profesora.

Aquello fue algo que te ilusionó muchísimo porque llevabas bastante tiempo sin ver a tu amiga Alex. Al contrario que a ti, a ella se le daba genial el inglés y le encantaba Inglaterra, por lo que cuando tuvo que irse allí, no le molestó mucho, pero tampoco le fue fácil olvidarse de todo lo que tenía en tu ciudad.

-¿Lo tienes todo?
-Sí, mamá… No te preocupes. Nos veremos dentro de tres meses, ¡no es tanto!
-Lo siento, para mí es demasiado-suspiró.
-Tranquila –sonreíste y la abrazaste- te llamaré cada noche.

Te miró con una cara un poco más esperanzadora y te dijo:

-Anda vete ya, pequeña, que vas a perder el avión.

Te dio un beso en la frente y algún abrazo más antes de que entraras a la puerta de embarque.

Bournemouth 16:20 Vuelo: 240513M.
Señoras y señores, este es el último aviso para el vuelo a Bournemouth. Por favor, diríjanse a la puerta de embarque

Volvió a repetirlo, aunque esta vez en inglés. Tú lo entendiste y sonreíste. Debías de empezar a acostumbrarte al inglés. Miraste por última vez a tu madre y esbozando tu última sonrisa para ella entraste en el túnel que terminaba en el avión.
***

Fueron varias horas que no se te hicieron muy largas. Estuviste escuchando música, haciendo crucigramas en una revista que habías comprado justo antes de entrar y hasta te dormiste un rato. El chico que se sentó a tu lado era español y muy majo, por lo que también hablaste un rato con él.

Su viaje a Bournemouth era por motivos familiares. Iba a visitar a su primo –que vivía allí- y de paso a pasar unas buenas vacaciones en la playa. Se llamaba Rafael, aunque insistió en que lo llamaras Rafa.

Fuiste con él hasta el lugar en el que se recogían las maletas y después os despedisteis, ya que él iba directamente a la parada de taxis y tú ibas a la salida de pasajeros que estaba un poco más alejada. Cogiste tus dos maletas y te costó bastante trabajo acostumbrarte a ellas, ya que Rafa se había empeñado en llevarte una hasta que os separasteis. Por fin llegaste a donde estaban esperando los familiares. Ibas bastante rápido porque hacía calor, además había empezado a sonar “HeartbreakGirl de 5SOS (Five Seconds of Summer), justo la canción que le habías enseñado a Rafa en el avión.

“Hacía varios minutos, en el avión con Rafa”

-¿Qué escuchas?
Viste que el muchacho que había a tu lado te estaba mirando. Tú también lo miraste y descubriste que su boca se movía. Automáticamente te quitaste el auricular para escuchar lo que decía.
-Lo siento, no te he oído –señalaste los auriculares, indicando el motivo de que no lo hubieras oído.
-Debería de haberlo supuesto, he  sido tonto –dejó escapar una carcajada-. Decía que qué escuchabas.

Miraste el MP3.

-“Heartbreak Girl de Five Seconds of Summer.
-Nunca la había oído. ¿Puedo? –señaló el auricular, casi cogiéndolo.

Te pareció un poco atrevido, pero no ibas a negárselo, así que empezasteis a compartir la música, juntando un poco más vuestras caras. 3:20 minutos de canción y finalmente, se rompe vuestro silencio.

-Eh, no ha estado nada mal. Voy a copiar el título y me la descargo.
-Me alegro de que te haya gustado –esbozaste una sonrisa-. Y tú, ¿qué música escuchas?

Bah, ya estabas aburrida, así que decidiste entablar una conversación con él. De ahí pasasteis al porqué del viaje y comenzasteis a hablar como buenos amigos. Sin duda, te había caído muy bien.

“De vuelta en el aeropuerto”

-¡¡AHHHHH!! ¡¡SINMO!!
Inmediatamente giraste la cabeza. Sí, era ella, ¡era Alex! Aquella palabra no era cualquier tontería, era vuestro mote. No se os ocurría ninguno, así que “Sinmote”, que al fin y al cabo, termina quedándose en “Sinmo”.


Fuiste corriendo hacia ella, lo tiraste todo y os fundisteis en un cálido abrazo. Lleno de nostalgia, de cariño y de felicidad. Desde aquel momento, tu vida cambiaría y empezaría el verano más difícil de tu vida.

Pte. 2

Las dos comenzasteis a reír, sin dejar de abrazaros, y poco a poco llegasteis al llanto, pero al llanto de alegría y emoción.

-Te echaba tanto de menos… -te dijo ella separándose de ti y secándose una lágrima que corría por su mejilla.
-Y yo a ti, tonta –le sonreíste.

La miraste de arriba abajo, sin soltar sus manos, y observaste bastantes cambios en su físico. Cuando se fue de tu ciudad llevaba gafas, brackets y bueno, no era de las más desarrolladas de la clase. Ahora el cambio había sido radical: llevaba lentillas, lo que le hacía los ojos más grandes; le habían quitado los brackets y su sonrisa era preciosa, ya sólo llevaba esa funda permanente que tienes que colocarte para que no se te muevan los dientes y también tenía las curvas mucho más marcadas.

Aparte, su estilo tampoco era el mismo: llevaba una camiseta suelta, enseñando un poco la barriguita; unos shorts bastante cortos y  Vans blancas. Aún así, por muchos cambios exteriores que hubiera, seguía siendo la misma Alex que conociste y eso te encantaba.

-Has cambiado, eh. Estás mucho más guapa –esbozaste una sonrisa.
-Muchas gracias –se puso un poco colorada, aunque rápidamente se le pasó-. Al menos hay gente que se da cuenta… -suspiró.
-Creo que tienes cosas que contarme…
-¡Vamos a casa y te explico todo lo que te has perdido en estos dos últimos años!

Comenzasteis a hablar de todo un poco: las notas, el instituto, adaptarse a hablar en inglés todo el tiempo, sus nuevos amigos –que dijo que te presentaría, ya que les había hablado mucho de ti- y finalmente llegasteis al tema de los chicos. Ya estabais llegando a la casa de Alex, así que ella decidió empezar a profundizar.

-Pues… -dudó un poco- sí. Me gusta un chico, y el problema es que lo veo muy poco. Me enamoré de él hace… no sé, en las vacaciones de navidad que fue cuando vino por última vez y cuando empecé a habla con él. Desde entonces no lo veo y no he parado de hablar con él por WhatsApp, twitter y esas cosas –se sonrojó.
-Anda, así que mi pequeña Alex está locamente enamorada… –se te escapó una carcajada y ella te pegó un pequeño codazo- y ¿se puede saber quién es el afortunado?
-Pues no lo conoces. Es primo de mi vecino. Viene en las vacaciones pero es tan…
-Ajá –asentiste-. Bueno, pues ya me lo presentarás.
-¡Quizás lo veamos mañana! –gritó muy ilusionada. Tú comenzaste a reír.

Y es que ese era uno de los motivos por los que ibas a ver a tu amiga Alex, el evento del día siguiente. Ella jugaba al vóley playa allí, en Bournemouth, y al día siguiente era la final.

-Pues si él va, vais a perder…
-Oye, ¿qué tienes en mi contra?
-Pues simplemente nada, pero te va a desconcentrar y en vez de lanzarte a por la pelota, te vas a lanzar a él.

Alex empezó a reírse y después de varias bromas y “pensamientos impuros” hacia su enamorado, decidisteis cambiar de tema.

-Aún queda mucha tarde, ¿te parece si nos vamos de shopping? ¿O un bañito en la playa?
-Ir de shopping, comprar unas pizzas y tomarlas para cenar en la playa –Alex asintió.
-Nunca me habría expresado mejor.

Ambas sonreísteis y tras peinaros un poco, os dirigisteis al centro de Bournemouth. Al llegar descubriste que no estaba nada mal. Tenía algunas tiendas muy curiosas en las que podías encontrar cualquier tipo de suvenir. Desde llaveros o imanes hasta muñequitos surfeando que se tambaleaban. Tú te decidiste por un imán en forma de chancla en el que ponía “Bournemouth”. También entrasteis en tiendas de ropa veraniega y playera, donde te compraste unas sandalias, alguna camiseta finita y suelta y unos vaqueros muy cortos un poco deshilachados por la punta.

-Ahora, ¿dónde compramos las pizzas?
-Ahí –dijo Alex señalando la calle- doblando la esquina hay una pizzería. ¿Te sabrás apañar con el inglés? Yo voy yendo a la playa y así coloco las toallas y busco un buen sitio para cenar mientras –esbozó una sonrisa adorable, para convencerte, y tú asentiste.

Después, te ofreció un billete de 50 libras para pagar pero tú lo rechazaste.

-No, no. Yo te invito, que bastante tienes con aguantarme en tu casa durante tres meses.
-Eres muy tonta, pero vale –soltó una carcajada.
-Venga, nos vemos luego. ¡Coge un buen sitio!
-¡Mírala que exigente!

Tú sonreíste a su comentario y te diste la vuelta para ir al final de la calle. El problema era que no sabías dónde estaba la pizzería, por eso miraste a tu izquierda –donde viste un restaurante con un nombre un poco ‘pijo’ y que ya estaba cerrando- y a tu derecha –donde se encontraba la pizzería.


A paso ligero te acercaste a ella y observaste la gran cola que había para pedir. Miraste a la caja, donde solo había dos jóvenes tomando nota y adivinaste que iba para largo. De repente notaste un tirón de tu brazo e instintivamente pensaste que era un ladrón y le pegaste un puñetazo en la mejilla. El chico, confundido, cayó al suelo donde hacía muecas de dolor. Cuando levantó la mirada, observaste su rostro. Era un tipo moreno, con el pelo hacia arriba, dos pendientes negros y una mirada… wow. Una mirada increíble de ojos enormes y marrones, muy oscuros, que estaba clavada en ti.

Pte. 3

-Perd..ee..Sorry… -dijiste agachándote y acercándote a él- ¿Estás bien? –continuaste la conversación en inglés.
-Sí, no te preocupes… solo me duele un poco por… -separó la mano de su mejilla y dejó al descubierto el moratón que casi instantáneo le había salido.
-Madre mía… -murmuraste en español.
-De verdad, no te preocupes –dijo él a pesar de no haberte entendido-.  Ahora, ¿vienes a que te tome nota? –dijo incorporándose con tu ayuda y esbozando una preciosa y gran sonrisa.
-Pero si hay muchísima gente, además acabo de pegarte y…

Él se limitó a giñarte el ojo y a preguntarte con un gesto de cabeza si podía agarrarte del brazo. Tú asentiste, sonrojándote un poco.

Os situasteis en un lado del mostrador, apartados de las cajas. Allí él te tomó nota en su libretilla y mientras escribía observaste un tatuaje de un pájaro que tenían en uno de sus nudillos.

-Pues ya está. Dentro de nada te lo saco, espera aquí.
-Muchas gracias, no tenías por qué…

Él simplemente sonrió y se adentró en las cocinas. Mientras que se hacían tus pizzas te entretuviste en pensar algo de lo que en realidad no te habías dado cuenta. En un principio, cuando el chico te agarró del brazo, quería llevarte al mostrador y ahorrarte la cola. Pero, ¿por qué? No lo conocías de nada, al menos que recordaras…

A parte de eso, no era el típico inglés. Parecía de otra raza, musulmán o algo así. El caso es que era moreno, como a ti te gustaban. Aquel chico era muy guapo. Lo que primero te gustó fue su mirada, aquellos ojos enormes. Pero cuando después te sonrió, quedaste prendida de esa sonrisa…

-Ya está. Aquí tienes. Veinte con noventa libras, aunque te lo dejo en catorce –volvió a sonreírte.

Tú, como no entendías bien lo que decía, le diste cuarenta libras sin entender ni siquiera que te estaba haciendo un descuento. Cuando ya te alejabas de su lado, nerviosa hacia la puerta, el te llamó.

-Babe, son solo catorce –exclamó.
Tú te pusiste más nerviosa aún y cogiste todo lo que sobraba de la cantidad que le habías dado antes.
-Lo siento, es que soy española y no entiendo muy bien el inglés. Se me da mal –dijiste un tanto avergonzada.
-Lo he supuesto –soltó una carcajada-. Puedo ayudarte con eso. Estudio magisterio. Quiero ser profesor de inglés.

No sabías qué responder porque básicamente, ¡no lo conocías de nada! Sí, él había sido muy amable contigo, incluso después del puñetazo… ¡el puñetazo! Ya lo habías olvidado, necesitabas curarlo un poco.

-Me lo pensaré y paso por aquí. Ahora no querrás que me olvide de ese puñetazo que te he pegado antes. Ven, tengo que ponerte hielo.
-No hace falta, esto está bien, no necesito…

No lo dejaste acabar la frase. Le tapaste la boca con el dedo y lo agarraste de la mano para ir fuera del restaurante. Quizás te tomaste demasiadas confianzas porque, como antes estabas pensando, ¡lo acababas de conocer!

-¿A dónde me llevas? –preguntó el, confuso.
-Antes, mientras venía, vi un supermercado. Seguro que ahí tienen hielo –él sonrió con esa respuesta
-Eres cabezota eh.
-No puedo dejarte con la mejilla así.

Mientras andabas por el centro de Bournemouth, te llegaban miles de WhatsApps. Era Alex, preguntándote que si te habías perdido o si no te entendías con los pizzeros. Tú le contestaste un “Luego te cuento, ¡no sabes lo que me ha pasado! Pero espera ahí”. Al fin llegasteis al supermercado que estaba a punto de cerrar.

-Tú lo conocerás mejor que yo, que eres de aquí, así que llévame al hielo.
-¡A sus órdenes, babe!

El chico empezó a correr muy deprisa, tanto que lo perdiste de vista y a la vez te perdiste en el supermercado. De repente oíste una voz en tu oído y sentiste una mano tocando tu hombro.

-Oye, o aligeras o nos tenemos que quedar aquí a dormir –susurró.
-¿Tienes el hielo? –preguntaste alejándote de él un poco.
-No
-Entonces, ¿que estabas haciendo?

No le dio tiempo a contestar porque viste la nevera con los paquetes de hielo dentro.

-Mira, ahí lo tienes. Lo he encontrado antes, gané –dijiste sacándole la lengua. Él se cruzó de brazos-. Ahora cógelo y póntelo en la mejilla.
-Sí, claro. ¿Quieres que parezca un loco?
-No, quiero curar el moratón que te ha salido. Así que ponte el hielo.
-Pero es que… la bolsa está muy fría.
-Nos la vamos cambiando. Tú la sujetas un rato y yo otro. Pero rápido, que he quedado.
-Con tu…
-No, con una amiga.

El chico puso cara de alivio y sujetó la bolsa rozando su mejilla. Tras un minuto, comenzó a hacer muecas indicando que te tocaba sujetarla. Colocaste las manos encima de las suyas, estableciendo un contacto  cálido con ellas. Te fulminó con una mirada y quitó las manos. Fue una sensación extraña, ya que hasta que no dejó de mirarte, no empezaste a notar el frío del hielo. Cada vez más frío. Él notó que era hora del cambio y colocó una mano agarrando la bolsa y la otra sobre tu barriga, haciéndote cosquillas. Tú, instantáneamente quitaste las manos del hielo y las llevaste a tu barriga, para pararlo.

-¡Para! Creo que ya es suficiente. Mañana iré a la pizzería para ver cómo va ese moratón eh. Ahora me voy, que mi amiga me espera. ¡Ah! Deja ahí la bolsa de hielo –le guiñaste un ojo- ¡Hasta mañana!
-Luego nos vemos babe. See you!

Le hiciste un gesto con la mano y saliste del supermercado. Poco después empezaste a hablar con Alex de todo por WhatsApp.



Pte. 4

-Pero entonces, ¿te gusta?
-¡Cómo me va a gustar! Si ni siquiera sé su nombre… -exclamaste.
-Pero eso no tiene nada que ver… Me has dicho que es guapo, simpático… ¿qué más quieres?
-¿No es muy tarde? –Dijiste mirando el reloj-. Mañana tienes que estar despejada para la final.
-Pero… ¡no cambies de tema! –Alex se lanzó sobre ti. Tú ya estabas tapada con las sábanas, fingiendo que dormías

Alex se rindió definitivamente y decidió dormir. Ya estabais en su casa, y no habíais dejado de hablar de aquel pizzero que habías conocido. Habíais cenado en la orilla de la playa, mientras veíais el sol ponerse. Las pizzas estaban muy buenas y calentitas. Tú le explicaste a Alex todo lo que había pasado, con detalle, y a ella lo primero que se le ocurrió fue una historia de amor. Alex siempre había sido muy peliculera.

Después de tanto insistir, tu amiga te había hecho dudar. ¿Y si ese chico inglés te gustaba? Bah, que tontería. Tú misma se lo habías repetido mil y una veces: solo lo conocías de un momento. Y además no lo volverías a ver, a no ser que volvieras a la pizzería… el problema es que te gustaría saber su nombre. ¿Josh? ¿Harry? Otro nombre inglés que se te ocurría era… ¿Jake?

Sin parar de pensar en él, te quedaste durmiendo.

***

[Clica sobre el título de la canción para oírla]


-¡¿PERO ESTO QUE ES?!
-¡DESPIERTATEEEE QUE HOY GANAMOS LA FINAL!

Alex ya llevaría levantado un rato, y no se le había ocurrido otra forma mejor de despertarte que poniéndote esa canción que no te gustaba nada.

-¡QUITA ESO SI QUIERES QUE TE HABLE! –dijiste gritándole a tu amiga para que te escuchara.
-¿NO TE GUSTA?
-NO, POR FAVOR QUÍTALA.

Al fin Alex bajó el volumen de esa canción y pudiste hablarle.

-¿Qué hora es? –le preguntaste.
-Las nueve.
-El partido empieza a las diez y media, ¿no?
-Sí, por eso ya me he duchado y me voy en un rato. Yo tengo que estar allí antes para prepararme y eso.

Problema. Si ella se iba, tu no tenías ni idea de cómo ir al lugar del partido.

-Pero… yo no tengo ni idea de dónde es.

Después de pensar un momento, a Alex se le ocurrió una idea.

-¡Lo tengo! Mira, he quedado con mi vecino de arriba que juega en mi equipo y me voy con él al partido. Hemos quedado en cinco minutos, así que ahora cuando suba a su casa le digo si va con alguien que ya sepa donde es y os vais juntos. No te importa ¿verdad?
-No, que va. Además no me viene mal hacer amigos para ir a la playa –sonreíste.
-Pues prepárate, que en un rato vendrá alguien a recogerte y tienes que estar preparada.
-¿Y si… tu vecino ha invitado a sus abuelos y me tengo que ir con ellos?
-Pues sintiéndolo mucho te aguantas –te esbozó una sonrisa burlona.

Ella terminó de peinarse, cogió las llaves y abrió la puerta de la casa.

-Ahora enviaré a alguien para que te recoja, intentaré que no sean unos abuelos –se rio.
-Así me gusta. Puedes retirarte –le contestaste de broma.
-Por muy princesa que te creas, como no te vistas ya, tu príncipe se va a asustar –y finalmente cerró la puerta.

Y ahora, ¿qué te ponías? Arreglada no. Ibas a la playa y no era cuestión de ponerse unos tacones, así que te decidiste por una camisa fresquita, con el hombro al aire y unos vaqueros cortos.

Mientras, dos pisos más arriba…

Alex llamó al timbre. Esperaba que Zayn, su compañero de equipo, le abriera pero se llevó una sorpresa cuando no fue él.

-Ho..Hola… -dijo titubeando.
-¡Hola, Alex! ¡Cuánto tiempo! –se acercó a ella y le dio dos besos. Alex no podía reaccionar en un primer momento, pero luego actuó con tranquilidad.
-¿Qué tal, Rafa? No esperaba verte aquí.
-Bueno, he venido a ver a mi primo jugar la final. Por cierto, te está esperando.

El primo de Rafa apareció en el fondo.

-¿Nos vamos, Zayn?
-Claro, ya te estaba esperando. ¿Te acuerdas de Rafa?
-Sí, hablamos mucho por WhatsApp y Twitter –contestó sonriéndole a Rafa.
-Bueno, iros ya. Después nos vemos, Alex –volvió a darle dos besos a Alex y un abrazo a su primo-. ¡Muchísima suerte!
-¡Un momento! –exclamó Alex.
-¿Qué pasa?
-Mira Rafa, tú sabes donde es el partido, ¿no?
-Si…
-¿Podrías bajar a mi casa en un momento y recoger a mi amiga? Es que no es de aquí y no sabe ir –se rio.
-¡Claro! No te preocupes, en un rato bajo.
-Muchísimas gracias, Rafa.
-Muchísimas “de nadas” –le guiñó el ojo, cosa que hizo que Alex estuviera a punto de saltar a sus brazos aunque se contuvo.
-Y ahora nos vamos, ¡cuando vuelvas a vernos seremos campeones! –exclamó Zayn.
-¡Eso espero primito!

Y Zayn y Alex se fueron al partido.

Minutos después, en el piso de abajo…


Sonó el timbre. Sería la persona que fuera a recogerte y cruzaste los dedos para que no fuera alguien feo o viejo. Te asomaste por la mirilla de la puerta y… Rafa.

Segundos después te llegó un WhatsApp

"Tía, ES EEEEEEL, TIENES LA MEJOR COMPAÑIA QUE PODÍA ENVIARTE, a que es guapo??" Y muchas caras con corazones.

Pte. 5

Qué fuerte… así que Rafa era el primo del vecino… ¡y tú ya lo conocías!

-¡Pero si eres Rafa! –exclamaste. Él sonrió al verte tan contenta.
-¡Qué casualidad! Yo estaba cruzando los dedos para que la amiga de Alex fuera una chica guapa y simpática y ha funcionado a la perfección.

¿Eso había sido una indirecta? ¿Te había llamado guapa y simpática?

-Yo también crucé los dedos para que mi sirviente no fuera un viejo feo –fue lo primero que se te ocurrió decir.
-Entonces, ¿está ya lista la señorita para asistir a la final de voleibol? –dijo ofreciéndote su brazo para que te agarraras a él.
-Creo que no me falta nada, podemos partir mi fiel sirviente –lo agarraste del brazo y cerrasteis la puerta.

***

Cuando llegasteis, Rafa y tú tuvisteis que separaros porque vuestros sitios eran numerados y no estaban seguidos. Eso fue un fallo, porque te habría encantado haber podido comentar con él el partido. Ni siquiera te había dicho quién era su primo, y empezaste a buscarlo entre el equipo de Alex, ya que ella te había dicho que estaba en su equipo.

De repente tu pulso se aceleró. Reconociste a alguien entre los jugadores del equipo de Alex… era él. El chico que habías conocido la noche pasada en la pizzería. ¡Era él!

Por algún extraño motivo sentías una felicidad interior enorme, pero por fuera estabas muy nerviosa, y eso que él aun no te había visto.

El partido comenzó. No sabías si estabas más pendiente de Alex o del chico, aun no sabías su nombre… Mike era otro nombre que se te había ocurrido.

(…)

El equipo de Alex iba perdiendo, era el último set. Estabas un poco preocupada, porque si perdían se pondría fatal y a ella le hacía mucha ilusión ganar. Intentaron remontar, marcaron algún punto, pero cuando menos se lo esperaban, el equipo contrario marcó el punto decisivo. Alex y todo su equipo había perdido.

 No podía ser. Alex se había derrumbado y estaba agachada en el suelo, casi llorando y con las manos en la cara. Por otro lado estaba el chico de la pizzería, con una de sus manos en la frente y la otra en la cadera. Resoplaba mientras se acercaba a Alex. Le dio unas palmaditas en la espalda y algunas palabras de consuelo que no conseguiste escuchar, lógicamente.

Bajaste corriendo, pensando sólo en abrazar a Alex pero te encontraste a alguien antes de llegar a ella.

-Yo... lo siento...

Él, sin decir nada, te abrazó. Hundió su cara en tu hombro y comenzó a llorar. Tú le acariciabas la espalda intentando tranquilizarle.

-No pasa nada, seguro que el verano que viene volvéis a llegar hasta aquí y ganáis -dijiste separándote un poco de él.

¿Y ese abrazo? En realidad no te había parecido mal, erais amigos... ¿no? Sólo lo conocías de una tarde, era un poco raro, pero te gustó. Era un chico fuerte y además olía muy bien.

Él también se separó de ti y se secó las lágrimas

-Me llamo Zayn –y esbozó una sonrisa, con un poco de esfuerzo.

Vaya, no era un nombre inglés como pensabas.

-Bien, menos mal que lo dices –trataste de decirle algo que lo hiciera reír-. Ya no tengo que llamarte más “el chico del puñetazo”.

Tuviste suerte y lo hiciste sonreír, aunque no por lo que tú pensabas.

-Es que tu forma de hablar inglés es… simpática –se le escapó una carcajada. Tú te pusiste colorada.
-Al menos te he hecho reír –y le sonreíste-. Ahora voy a buscar a Alex, estará regular…
-Te acompaño, babe. Pero, ¿de qué conoces a Alex?

No le contestaste y encontrasteis a Alex  sentada en el suelo, en una esquina, con las manos en la cara sosteniendo su cabeza. Tú corriste a abrazarla.

-Eh, tranquila, no pasa nada. Podemos irnos de fiesta aunque no hayáis ganado…
-Es que… habíamos entrenado muchísimo para esto y ahora perdemos… Por cierto –dijo alzando la cabeza- veo que ya conoces a Zayn. Es mi vecino, el primo de Rafa.
-Sí, ayer en la pizzería nos conocimos.

Alex te miró con cara de asombro. ¡No podía ser! Zayn era el chico que habías conocido en la pizzería, al que le habías pegado un puñetazo y al que acababas de abrazar. Pero además era el vecino de Alex que casualmente tiene un primo del que ella está enamorada y que justamente se sentó a tu lado en el avión. ¡Sonaba a película!

-¡Ah, eres mi vecino, eso no lo sabía! –exclamaste con alegría.
-Pero…
-Sí, es que me voy a quedar con mi amiga Alex este verano. Como ya creo que has visto, el inglés no es lo mío y vengo a practicar un poco.

Rafa se acercó, venía de las gradas.

-¡Hola chicos! ¿Qué os pasa?

Todos lo mirasteis con cara de “¿enserio?” y él se apresuró en contestar.

-Eh, tranquilos. A ver, habéis perdido, vale, pero que va a haber más temporadas.
-Tienes razón. Paso de depresiones. ¿Os invito a unas pizzas? –dijo Zayn, recuperado un poco más del chasco que se acababan de llevar.
-Lo siento, yo estoy muy cansada del partido y me apetece descansar –dijo tu amiga Alex.
-Yo creo que también me… -no pudiste acabar la frase.
-Vamos un momento al baño, ahora volvemos. Esperadnos aquí.

Alex te agarró del brazo y cuando ya os habíais alejado un poco empezó a hablarte.

-¡No me digas que es Zayn el pizzero! Tía, ¡qué fuerte! –exclamó.
-Shhh. ¡No me digas tú a mí que es Rafa el chico que te gusta! –te miró confundida.
-¿Qué pasa?
-Pues que vine con él en el avión y hablamos. Ya lo conocía.
-¡Cuanta casualidad!
-Es gracioso –reíste-. Pero ahora quiero preguntarte por qué me traes al váter.
-Pues es muy simple, tía. Hoy cenas a solas con Zayn y como le digas que no vamos a tener un problema –a ti te hizo gracia el comentario.
-Bueno, en realidad después de habernos invitado no le voy a decir que no… -y es que la idea en realidad de encantaba.
-¡Claro! Así me gusta, que hagas amigos.
-Pero Rafa…
-Yo lo convenzo para que venga conmigo y si quiere tomamos algo juntos en mi piso.
-Uhhh, eso suena a algo más… -le dijiste en tono burlón. Ella te pegó un codazo.
-¡Tonta! Ahora vámonos que nos están esperando. Este va a ser un buen día.

Ellos seguían allí cuando volvisteis. Tú le dijiste que sí a Zayn y, cuando Rafa dijo que no se apuntaba, se le iluminó la cara. Y a Alex también.

Fuisteis andando a la pizzería, hacía muchísimo calor.

-Bueno, entro a por las pizzas y vamos a la playa ¿vale? A ver si pillamos alguna sombrilla y nos sentamos allí.
-Por mí genial –sonreíste.
-En un momento salgo, espera aquí babe.


¡Uff! Te encantaba su forma de hablar. Ese acento inglés, voz grave y lenta. Pero cuando te decía babe… Te ponías nerviosísima, aunque te encantaba. ¿Qué te pasaba con Zayn? ¿Te gustaba? Era algo raro, porque casi no lo conocías, pero ese abrazo que te dio y… las cosquillas que sentías en tu estómago cada vez que te hablaba afirmaban tus sospechas. Te habías enamorado del chico al que le pegaste un puñetazo.

Pte. 6

Tras varios minutos salió de la pizzería. Llevaba una sola pizza, pero era familiar. Insististe en pagársela pero no quiso. Después fuisteis a la playa. Había mucha gente y no quedaban sombrillas, así que os sentasteis en el muro que había al final de la playa.

-Lo siento, no quedan sitios en primera línea de playa...
-No importa, podemos acercarnos luego -propusiste.
-Mmm... creo que no me apetece acercarme...
-¿Qué pasa?
-Nada, nada... puedes ir tú y yo... te miro. Ahora vamos a comer pizza -dijo alegrándose un poco.

Abristeis la caja. Era de york y queso, tu preferida.

-¿Cómo sabes que es mi preferida?
-Es el sabor que pediste ayer -te guiñó un ojo.
-Ahí te he visto bien -sonreíste. Y eso a él le hizo gracia.

La pizza estaba buenísima, como la noche anterior, y os la acabasteis muy rápido.

-Ahora un bañito, ¿no? -le preguntaste.
-Ehh... es que...
-Pero, ¿qué te pasa con el agua?
-Algún día, si estamos juntos, te lo diré –y te miró, muy serio.



“Si estamos juntos”. Había sonado a si llegabais a salir como pareja pero no quisiste creerte lo que había dicho y lo interpretaste de otra forma.

-Me lo dirás. Ahora voy a bañarme y tú… pues quédate aquí si no quieres venir.

Él asintió. Tú te quitaste la ropa que llevabas y se la echaste a la cara.

-No sabes lo que te pierdes –y le sonreíste sacándole la lengua.

Después te alejaste corriendo hacia la orilla y mojaste los pies en el agua. Estaba bastante fría, así que decidiste jugar un poco con las olas. Mientras, no te enterabas de nada de lo que Zayn estaba haciendo, porque estabas entretenida con el mar.

Cuando menos te lo esperabas, apareció una moto acuática por la izquierda. No podías ver bien quién iba sobre ella hasta que se acercó un poco más y comenzó a hablarte.

-¿Subes, babe?

Era Zayn.



No te pareció mala idea, así que rápidamente te metiste dentro del agua y comenzaste a nadar hacia dentro. Él también se acercó un poco para ahorrarte camino. Cuando ya estabas más cerca, le preguntaste.

-¿Y esto? –él se limitó a sonreírte.
-¿Quieres subir o no?

No te importó que no te contestara porque pudiste empezar a fijarte en que estaba en bañador, sin camiseta. Tenía un gran tatuaje en el pecho, aunque no lo veías bien porque llevaba el chaleco. En los hombros tenía calaveras y en la nuca también tenía otro tatuaje.

Dejaste de pensar en eso y te centraste en subir a la moto, que estaba muy alta. Él se quitó el chaleco para ayudarte mejor e hizo que te desconcentraras otra vez. Te tendió la mano y tiró de ti. Tú te caíste encima de él, manteniendo en contacto vuestros dos cuerpos, mojados. Simplemente os sonreísteis y os incorporasteis. Tu corazón latía muy rápido y sin decir nada, te sentaste atrás.

-Venga, ya puedes arrancar –le dijiste.
-Te vas a caer… -respondió él, mirando hacia atrás-. Tienes que agarrarte a mí…

Tú, sin poner inconvenientes, pasaste tus dos brazos hacia delante y agarraste el costado de Zayn con fuerza, palpando su musculosa piel. Para ello también tuviste que adelantar todo tu cuerpo y pegarlo al suyo completamente. Sentiste un escalofrío y un poco de calor. Él, al ver que ya estabas preparada, arrancó.

Disteis un paseo muy agradable, tú sin dejar de separarte de él y apoyando tu cabeza en su cuello. Fue increíble. Él incluso te dejó que condujeras algunas veces. Después dejasteis la moto donde Zayn la había alquilado y volvisteis a donde teníais las cosas paseando. Tras un rato hablando, le hiciste una pregunta.

-Y si te da miedo el agua, ¿por qué te montas en la moto?
-No sé, porque no puedo ahogarme. La moto no vuelca a menos que hagas un movimiento muy brusco…
-O sea que no es el agua en sí lo que te da miedo, sino que tienes miedo a ahogarte…
-Vas averiguando cosas, veo que eres lista…
-Sí, tan lista como que suspendo inglés…
-¿Enserio?
-Sí –suspiraste.
-Pues eso se puede arreglar. Yo puedo enseñarte –dijo ilusionado.
-Podrías… -dudaste-. Pero con una condición.
-¿Cuál?
-Yo te enseño a superar tu miedo al agua –sonreíste, traviesa.

Él no sabía que contestar, parecía que le tenía verdadero pánico a ahogarse.

-Está bien, trato hecho –os parasteis y os disteis la mano para cerrar el acuerdo.
-¿Cuándo me vas a dar las clases?
-Podemos negociar eso de camino a tu casa –te sonrió.
-No hace falta que me acompañes yo puedo… -Zayn te interrumpió con su risa.
-¡Ajá! Has caído, somos vecinos, tengo que acompañarte a casa por fuerza-volvió a reírse. A ti también te hizo gracia-. Mira, ahí están las cosas. Las cogemos y nos vamos.

Eran ya más o menos las seis de la tarde y anochecería pronto porque en Inglaterra anochece antes. Ibais de camino a vuestros pisos hablando del tema de las clases de natación y de inglés hasta que estabas en la puerta de tu piso.

-Bueno, con todo eso ya está el asunto cerrado. Nos vemos mañana a las once de la mañana en la biblioteca de la ciudad ¿no?
-Perfecto. Y a las cinco de la tarde en la misma playa que hoy.
-Justo. Pues entonces no hay nada más que hablar –sonreíste.
-Espera, hay otro asunto que tenemos que hablar.
-¿Cuál? –preguntaste confundida, no tenías ni idea de lo que hablaba.
-No sé si recuerdas… -dijo acercándose a ti- el día en el que nos conocimos… -seguía acercándose, ya estabas entre la puerta del piso y él, muy pegada a ambos- me pegaste un puñetazo, creo que deberíamos de arreglar ese malentendido –apoyó las manos en la puerta, acorralándote aunque no te importaba.

Las últimas palabras las dijo rozando tu labio inferior, haciéndote cosquillas en él. Cuando terminó, comenzó a besarte, fue un beso lento y corto al principio. Hizo una breve pausa pero al ver que no querías parar, siguió más intensamente. Tú colocaste tus manos en su pelo, revolviéndolo y sin dejar de besarlo. Él quitó las manos de la puerta y te agarró por la cintura al ver que ya no ibas a escapar.

De repente, los dos abristeis los ojos y os separasteis. Zayn se subió en el ascensor que estaba abierto y dijo.

-Me he enamorado de ti.

Justo después la puerta se cerró. Necesitabas decirle algo, así que saliste a las escaleras y esperaste a escuchar la puerta del ascensor abrirse de nuevo, en el piso de Zayn.

-Yo también –gritaste para que te escuchara.

Esperaste unos segundos la respuesta de Zayn que apareció asomándose a las escaleras. Cuando lo viste, le sonreíste y tras guiñarle un ojo volviste a tu casa.


Lo que te acababa de pasar había sido  como un sueño y lo que no sabías es que, como en todos los sueños, al final hay que despertarse.


Pte. 7

Esa noche no pudiste dormir mejor. Sólo soñaste con él, con Zayn.

Estabais en la playa y tú le estabas enseñando a nadar (aunque sonara absurdo) cuando de repente te agarró por la espalda y te metió bajo el agua. Tú tenías los ojos cerrados -ya que eras incapaz de abrirlos- e intentabas salir de sus brazos cuando sentiste sus suaves labios rozando los tuyos. El tiempo se paró y los dos continuasteis besándoos bajo el agua, aguantando mágicamente la respiración -porque era un sueño, y en él todo valía.

Ahora estabas impaciente porque quizás no el beso pero las clases de "natación" sí que iban a ser por la tarde y no podías aguantar más a que llegara ese momento. No recordabas que lo volverías a ver a las 11 en la biblioteca hasta que echaste un vistazo al periódico que acababa de llegar y que estaba completamente en inglés.

Tras hacerte el desayuno -una tostada y una tacita de café no muy fuerte- subiste a elegir una ropa adecuada para dar clase. Estabas entre chándal o vaqueros así que al final te decidiste por unos vaqueros con una camiseta de tirantes.

Clases de inglés

Le dejaste una pequeña nota a Alex para que cuando despertara supiera a dónde habías ido. Al parecer se había acostado tarde anoche y no se había levantado aún.

Miraste la hora, las 10:30. En realidad no tenías ni idea de cómo ir a la biblioteca por lo que creíste que con media hora de más lograrías dar con el sitio. Aun así, llegarías a la biblioteca mucho más rápido de lo que pensabas porque cuando las puertas del ascensor se abrieron, Rafa estaba dentro.

-¡Buenos días!-te saludó mientras entrabas en el ascensor.
-Hola Rafa, ¿qué tal?
-Muy bien, ¿y tú? ¿A dónde vas?
-Pues iba a la biblioteca, tu primo me va a dar clases de inglés ¿no te lo había dicho?
-Ehh… no, no sabía nada –mentía, porque su primo se lo había contado todo excepto… lo del beso-. Pero, ¿sabes dónde está?
-Pues no, la verdad –reíste. Él también lo hizo, de manera esperanzadora.
-Perfecto, porque tienes aquí a la persona adecuada para llevarte –justo lo que él quería, aunque tú no lo supieras.

Tú no pudiste negarte porque de hecho te venía bien que te guiara, además no irías sola. Por el camino fuisteis hablando un poco de todo. Del tiempo, la ciudad… Por lo visto, Rafa iba a desayunar a una cafetería que había cerca de la biblioteca y le pillaba de paso, así que no le importaba en absoluto acompañarte. Cuando ya estabais llegando, viste a un chico con una mochila a lo lejos. Al acercaros un poco más pudiste distinguir a Zayn.

No sabías cómo reaccionar al volver a verlo después de lo que pasó anoche. Claramente los dos estabais enamorados pero todo pasó muy rápido y además, que Rafa estuviera delante no hacía las cosas más fáciles.

Antes de que pudieras pensar en cómo saludarlo, él giró la cabeza y te vio.



Estaba bostezando, con bastante sueño, pero cuando te vio no pudo evitar sonreír.

-¡Zayn! Pensaba que llegarías tarde, cuando yo he salido a desayunar aun no te habías levantado.
-Soy rápido, Rafa. Tengo el tiempo controlado y aparte tengo atajos para llegar hasta aquí –contestó, sin dejar de mirarte-. Buenos días –dijo dirigiéndose a ti.
-Buenos días, Zayn –tenías ganas de correr a sus brazos y besarlo hasta cansarte pero sólo pudiste conformarte con dos besos que te acercaste a darle. Él solo estaba acostumbrado a dar uno así que cuando fuiste a darle el segundo te acercaste mucho a la comisura de sus labios, y no lo evitaste porque te gustaba-. Tu primo me ha acompañado hasta aquí porque no sabía cómo llegar. Creo que la próxima vez deberíamos de…
-A mí no me importaría volver a acompañarte hasta que te sepas el camino –te interrumpió Rafa.

No, no y no. Tú querías ir con Zayn, a solas. No es que Rafa te cayera mal, de hecho te caía genial pero lógicamente preferías ir con Zayn. Además a Alex no le haría mucha gracia la idea. Zayn parecía leer tus pensamientos, porque se apresuró a decir:

-No hace falta Rafa, ya que vamos los dos juntos yo la puedo recoger y acompañar. Pero gracias de todos modos –te miró, como si fuera tu cómplice-. Y ahora nos vamos, que tenemos que empezar las clases.
-Vale… hasta luego –y así sin más Rafa se fue.

Parecía un poco enfadado después de la contestación de Zayn, aunque no entendías el por qué. En esos pensamientos estabas cuando descubriste que estabas con él, a solas. Algo te hizo cosquillas en el oído, y era Zayn, susurrándote.

-¿Vamos a dar esas clases de inglés o prefieres que nos quedemos aquí?

Tú sentiste un escalofrío al sentir sus labios rozando tu oreja y te limitaste a decir:

-Elige una mesa donde no haya mucha gente.

No sabías por qué le contestaste eso pero estaba claro que realmente era lo que querías. Cuando pasasteis dentro, visteis una mesa al fondo donde no había nadie. Zayn te miró y tú asentiste. Aquella era la perfecta.

Cuando los dos estabais sentados, parecía que habíais olvidado todo lo ocurrido y os centrasteis en la clase de inglés. Te preguntó que qué era lo que peor se te daba y cuando le explicaste tu dificultad con las estructuras y el vocabulario, él lo apuntó y sacó dos papeles. A continuación te explicó el juego, que resultó ser como categorías. Había varias categorías –comida, nombres, lugares, animales- y tras elegir una letra había que escribir palabras que comenzaran por ella. Él te pidió que no eligieras palabras simples y que pensaras en las más difíciles para que tu vocabulario mejorara.

Pasasteis un buen rato jugando hasta que el juego empezó a ser aburrido. Como aun deberíais de hacer algo más, Zayn decidió levantarse y dar una vuelta por la biblioteca para enseñarte algo más de vocabulario. Aprendiste varias palabras nuevas, pero ya no estabas muy centrada en eso. Necesitabas hablar con Zayn de lo que había pasado. ¿Erais algo o no?

Volvisteis a la mesa y recogisteis las cosas. La clase había terminado y no habíais hablado de nada que no fuera inglés. No era lo que esperabas la verdad, y estabas un poco decepcionada. Cuando salisteis, no había tema de conversación y era la una, así que por el horario inglés deberíais de ir a comer ya. Rompiste el silencio.

-Yo tengo que ir a comer a casa, nos vemos esta tarde.
-Ehh… vale babe. Hasta luego.

Te había llamado babe. Dios, era algo irresistible. No, no podías seguir así. Te acercaste y lo besaste en la mejilla, ya que no fuiste capaz de besarlo en los labios. Pero claro, él no se cortó un pelo y cuando tú ya te alejabas te cogió por la cintura y tras pegarte a él te plantó un beso en la boca. Tú sonreíste y simplemente dijiste la verdad:

-Esto es justo lo que llevaba esperando desde que te vi esta mañana.
-Yo no tengo inconveniente de continuar…
-No. No quiero continuar sin antes aclarar las cosas –respondiste seria.
-Está bien. Durante las clases de natación tendremos tiempo, no te preocupes.

Te volvió a besar en los labios, a forma de despedida. No entendías por qué no te invitaba a comer, era raro. Se separó de ti y se fue a casa. Espera, no iba a casa. Era imposible ya que vivía en tu bloque, debería de ir en la misma dirección. Quizás había quedado con alguien. Sí, tenía que ser eso. Como no parabas de darle vueltas a la idea de que Zayn estuviera con otra chica, te perdiste varias veces y tardaste unos tres cuartos de hora en llegar a casa. Ibas a abrir la puerta del bloque cuando escuchaste tu nombre. Era Zayn, llevaba dos bolsas con comida.

-¿Vienes a comer al parque?

Tú ni siquiera contestaste, simplemente fuiste corriendo a sus brazos y lo abrazaste. Después avisaste a Alex de que tampoco ibas a almorzar con ella. Se quejó un poco, pero le prometiste una tarde sólo con ella y te dejó tranquila.

Tras varios minutos andando, llegasteis a un gran parque –de esos típicos de Inglaterra con laguito y árboles con ardillas. Habíais estado hablando por el camino pero ignorabais el tema principal. Cuando os sentasteis, te disponías a abrir tu bolsita con comida cuando Zayn te dijo:

-¡Eh, mira allí, una ardilla!

Tú, inocentemente te giraste a ver la ardilla porque te llamaban mucho la atención pero era una trampa, porque cuando ibas a reprocharle a Zayn su mentira, él se había echado sobre ti.

-¿Sabes que te quiero, no?

Y comenzó a besarte, sin que pudieras contestar. Tras ese precioso momento en el parque, los dos tumbados sobre el césped, aclarasteis las cosas. Ibais a comenzar a salir pero aún no se lo diríais a nadie. Todo había sido muy precipitado y podría sonar mal. Acordasteis quedar por las tardes, tras la clase en la playa (aunque las clases ya se pudieran considerar quedar, y más en el agua…). Los dos estabais muy emocionados, así que después de cerrar el asunto, te abalanzaste sobre Zayn y lo besaste mientras le acariciabas el pelo. Justo entonces, él se separó bruscamente de ti y comenzó a hablarte de las ardillas que habitaban en el parque.

¿Qué te estaba contando? Con una mirada te indicó que echaras un vistazo a tu espalda y entonces entendiste lo que pasaba. Con la boca abierta y tapada por su mano, Alex os miraba asombrada.

Pte. 8

Tú te levantaste rápidamente y fuiste hacia ella para explicárselo. Iba a ser un secreto entre Zayn y tú, aunque ahora se había convertido en un secreto de tres.

-Tía, ¿por qué no me habías contado nada de esto?
-Acabamos de empezar a salir –dijiste como verdad a medias-. Ahora tienes que prometerme que no le vas a contar nada de esto a nadie. Somos amigos. Sólo eso, hasta que decidamos dar el paso, ¿vale?
-Vale, vale, tranquila. Esta noche hablamos. Y muy en serio –dijo clavándote una mirada. Después se marchó, por cierto, no sabías a donde.

Cuando volviste al lugar en el que estaba Zayn, te lanzaste a sus brazos y comenzaste a besarlo porque en realidad te hacía feliz que la gente supiera lo vuestro.

-¡Controlaos! –gritó Alex, mientras se alejaba.

Vosotros parasteis y sonreísteis. Después le explicaste a Zayn que Alex no le contaría nada a nadie y que delante de ella no teníais que fingir. Aun así guardaríais las formas.

Tras almorzar, le enviaste un mensaje a Alex para preguntarle sus planes por la tarde. Tenías muchísimas ganas de estar más tiempo con Zayn, pero al fin y al cabo habías ido a Bournemouth para estar con Alex y pasar el verano con ella, así que como a las cinco volverías a quedar con Zayn en la playa, decidiste volver a casa para estar con Alex.

A Zayn no le importó que decidieras pasar un tiempo con Alex, así que los dos fuisteis juntos a casa y en tu portal os despedisteis con un pequeño beso. “Nada de esto a nadie”, te susurró antes de irse.

Después entraste en el piso y fuiste corriendo a abrazar a Alex. Le pediste disculpas por no haber pasado tiempo suficiente con ella y le explicaste el motivo ahora que podías: Zayn. Cuando terminaste de contarle tu historia, ella también tenía algo muy interesante que decirte. Había quedado varias veces con Rafa y se lo estaba pasando genial. De hecho también te contó que habían quedado esa misma tarde a las cinco en la playa. ¿Qué? Tú también habías quedado con Zayn en la playa a las cinco. Era mucha casualidad, pero no quisiste pensar demasiado en eso.

Subiste a la habitación y elegiste ponerte un precioso bikini. Después echaste otro de repuesto a la mochila, por si acaso.

Clases de natación

Cuando terminaste de cambiarte, te encontraste a Alex en el pasillo. Ella también iba a prepararse. Le dijiste que la esperabas en el salón y que harías un paquete de palomitas mientras daban las cinco. Ella asintió y cerró la puerta tras de sí.

Elegiste un paquete de palomitas con sal y lo metiste en el microondas. Mientras mirabas la cuenta atrás que aparecía en el lateral del aparato, no parabas de darle vueltas al asunto de que Rafa y Alex iban a acompañaros. No te hacía mucha gracia, ya que preferías estar asolas con Zayn.

Ahora tenías una ventaja: que Alex sabía lo vuestro. Rápidamente se te ocurrió la idea de pedirle intimidad. Sí, seguro que a ella no le importaba.

Las palomitas estaban listas. Te acercaste al microondas y las sacaste de ahí. Justo entonces bajó Alex, que se sentó a tu lado y comenzó a meter la mano en el cuenco lleno de palomitas. Estabais en silencio, así que decidiste que era el momento de pedirle el favor a Alex.

-Alex, tengo que pedirte una cosa.
-Dime.
-Como sabes, Zayn y yo estamos saliendo. Ante todo, te pido que seas discreta. Rafa no puede enterarse. En segundo lugar necesito que… a ver… quiero intimidad con Zayn. No sabes lo insoportable que es tenerlo enfrente y no poder besarlo o abrazarlo –Alex te miró y sonrió.
-Claro, Rafa y yo os dejamos a solas, no te preocupes. Yo también prefiero estar a solas con él –hizo un breve silencio-. Por cierto, sí sé lo que se siente al tener a alguien delante y no poder besarlo o abrazarlo.

Es verdad, ella estaba enamorada de Rafa y ni siquiera él lo sabía.

-Lo siento, no… -intentaste disculparte.
-No pasa nada. Estoy pasando mucho tiempo con Rafa últimamente. Quizás un día de estos le pida salir. O él a mi…
-Eso es, así me gusta. Que seas positiva –le diste un abrazo muy fuerte, te apetecía.

Después llamaron a la puerta. Alex se levantó a abrir, pensaba que era Rafa y acertó.

-Hola Alex –se dieron dos besos-. ¡Hola a ti también! –te levantaste para acercarte a la puerta, donde Rafa te dio dos besos.
-Hola Rafa.
-Cojo las cosas en un momento y nos vamos.
-Bueno, espera un momento. Tú estás esperando a mi primo, ¿no? –te preguntó.
-Eh… sí…
-Entonces esperamos a que baje y vamos juntos a la playa.

Tú miraste a Alex, en señal de pregunta. ¿Y ahora qué?

-Nosotros no vamos a la playa –fue lo primero que se te ocurrió decir, una tontería.
-Pero Zayn me dijo que…
-Sí, pero hemos cambiado los planes –sonreíste falsamente.
-¿Qué vais a hacer? Porque podíamos acompañarlos, ¿no Alex?

Dios mío, qué pesado. Moviste ligeramente la cabeza a los lados mientras mirabas a Alex.

-Pero Rafa, ya estamos preparados para ir a la playa. Podíamos quedar otro día más tranquilos. Además me apetece ir a la playa.
-Mira, ya baja Zayn. Vamos a preguntarle a él –insistió Rafa.
-Hola chicos, ¿qué pasa?
-Nada, que Rafa nos quiere acompañar a… -no se te ocurría ningún lugar que decir.
-¿Al cine? Lo siento, hemos sacado las entradas por internet y ya no quedan más… Otro día lo podemos planificar y vamos los cuatro –Zayn sonrió y te miró-. Ahora nos vamos, que llegamos tarde a la película.
-Ah… bueno… una pena. Nosotros también nos vamos.
-Zayn, acompáñame un momento que tengo que coger el bolso y está dentro. ¡Pasadlo bien chicos! –miraste a Alex por última vez. Había sido difícil pero al final os salisteis con la vuestra.

Cerraste la puerta y justo entonces Zayn te dio la vuelta y te besó. No había pasado mucho tiempo desde la última vez que lo hizo, pero aun así era lo que más deseabas.

-Ahora explícame cómo has inventado toda esa historia del cine en tan poco tiempo –Zayn rio.
-Fue fácil. Al salir de mi casa escuché que hablabais ahí abajo. Me quedé un tiempo escuchando hasta que me di cuenta de que querías que estuviéramos a solas… -te dio un pequeño beso en los labios-. Entonces pensé en una buena excusa, volví a casa a soltar las toallas y eso y bajé para echar a mi primo de una vez. Es un poco pesado a veces.
-No te preocupes. Ahora estamos solos, pero no podemos ir a la playa a la que íbamos a ir.
-Tranquila, cojo el coche y te llevo a una playa que conozco. No suele haber mucha gente allí.
-Perfecto –le diste un rápido beso.
-Tenemos que subir un momento a coger mis cosas.
-Vale, cojo las mías y te acompaño.

Los dos subisteis y tras cogerlo todo bajasteis a subir en el coche. El viaje no fue muy largo, aunque cuando Zayn paró el coche no veías la playa por ningún sitio.

-¿Y la playa?
-Ahí –Zayn señaló unos arbustos.
-¿Tenemos que atravesar eso?
-Sí, es el precio de una playa para nosotros.

Te encogiste de hombros y lo seguiste a través de varios árboles y setos hasta llegar a la playa. Era preciosa. Pequeña, pero solitaria. La arena era finísima, así que te quitaste los zapatos para sentirla entre los dedos de tus pies. Zayn hizo lo mismo.

Llegasteis al lugar que os pareció adecuado y allí soltasteis las cosas. Tú extendiste tu toalla y te sentaste en ella. A Zayn eso le asombró.

-¿No teníamos una clase de natación?
-Sí, pero primero necesito saber por qué te da miedo el agua. Recuerdas que me dijiste: “Algún día, si estamos juntos, te lo diré”

La expresión de Zayn cambió radicalmente. Se puso muy triste y se sentó a tu lado.

-¿Estas segura de esto? ¿De verdad quieres oírlo?
-Por supuesto, Zayn.

Y Zayn comenzó a explicarte su miedo al agua. Realmente no te esperabas lo que te dijo…

Zayn tenía un hermano llamado Theo. Era pequeño, tenía cinco años menos que Zayn. Por aquel entonces Zayn tenía 14 años, por lo que su hermano solo tenía 9. Iban todas las tardes a la playa, donde jugaban en el agua o en la arena. Un día, como de costumbre, Zayn estaba escuchando música en su toalla. Tenía un mal día y no le apetecía hacer nada. Su hermano no paraba de decirle que se bañara con él en el agua pero Zayn no le hacía caso, hasta que le gritó que lo dejara en paz y lo empujó. Su hermano se enfadó y se metió solo en el agua. Había muchas olas aquel día, por eso no quería meterse solo. De repente, una señora que había a su lado avisó a Zayn de que algo pasaba. Zayn se quitó los auriculares para escuchar lo que la mujer le pedía pero no hizo falta. Solo los gritos de su hermano sirvieron para que supiera que se estaba ahogando entre las olas. Zayn comenzó a correr hacia el mar y nadó directo a su hermano, para salvarlo. Debido a las grandes olas que había, Zayn nunca consiguió llegar a Theo. Perdió la consciencia antes de hacerlo. Estuvo ingresado en el hospital durante dos días hasta que se recuperó. Zayn estuvo a punto de ahogarse, aunque su hermano no tuvo esa suerte. Cuando se lo comunicaron, Zayn no salió de su casa en varias semanas. No iba al colegio, no salía, casi ni comía o bebía. Poco a poco empezó a salir y gracias a sus amigos también comenzó a ir a la playa de nuevo. Pero nunca volvió a meterse en el agua. Además siempre caería sobre su consciencia que por su culpa murió su hermano.

Cuando Zayn terminó, con las lágrimas en los ojos, solo pudo abrazarte y decirte un simple “te quiero”. Tú, aunque tenías ganas de llorar, tenías que mostrarte fuerte.

-Primero, tú no tienes la culpa de nada. Segundo, yo siempre estaré ahí para salvarte si te ahogas –Zayn sonrió.- Oye, no te rías que tengo un curso de socorrista… y tercero, ahora creo que no es el mejor momento para bañarnos así que si quieres nos quedamos aquí, te doy besitos… -lo empezaste a besar por la mejilla hasta llegar a la comisura de sus labios.
-Me parece una buena idea…

Y siguió besándote, poniéndose sobre ti. Aquello que le había pasado había sido muy duro y sería difícil hacerle olvidar.

Mientras tanto, en otra playa…


Pte. 9

Alex y Rafa acababan de salir del agua, que no estaba nada mal de temperatura. Ahora habían decidido sacar las palas y ponerse a jugar en la orilla. Rafa empezó la conversación y no tenía otra cosa de la que hablar que no fuera quedar contigo y… con Zayn si no quedaba remedio. Alex, cansada del tema, tuvo que intervenir.

-Pero, ¿por qué te has puesto tan pesado hoy?
-No sé, me apetecía pasar tiempo con ell… ellos.
-No me mientas, Rafa. Si te dicen que no, no es normal que insistas.
-Pero… vale. Te voy a contar la verdad, pero prométeme que no se lo contarás a nadie. Y menos a… ella.

Alex se temía lo peor.

-Verás, es que… -Rafa comenzó a explicárselo todo a Alex, a la que parecía que le estaban clavando un cuchillo en el corazón…

***

En la playa, Zayn y tú no habíais parado de hablar. Ya era tarde y estaba anocheciendo, pero vosotros no os habíais dado cuenta. Además, el tiempo pasaba mucho más rápido entre besos y caricias.

Poco a poco ibas descubriendo lo increíble que era Zayn. No paraba de hacerte reír, de mimarte, de demostrarte que te quería. Además hacía bastante calor y Zayn se había quitado la camiseta luciendo su torso desnudo. Además de ser un tipo genial, no estaba nada mal.

De repente, sentiste la necesidad de decirle lo mucho que lo querías. Tenías la cabeza sobre sus pectorales cuando la inclinaste hacia arriba y lo miraste a los ojos.

-Te quiero –dijiste en voz bajita siguiéndolo de un beso.

Colocaste la mano sobre su pecho para incorporarte y poder seguir besándolo. El calor que Zayn desprendía se apoderaba de tu cuerpo. Parece que Zayn se dio cuenta de que intentabas quitarte la camiseta, por lo que te la quitó suavemente intentando no dejar de besarte. Ahora estabas completamente sobre él, rozando su piel poco a poco. Desplazaste tus manos hacia su abdomen, haciéndole cosquillas, mientras que él las acercaba al broche de tu bikini. Justo cuando ibas a llegar al borde de su bañador hiciste una pausa para mirarlo. Querías que aquello pasara, estabas segura. Te habías enamorado profundamente de Zayn y querías que tu primera vez fuera justo allí, en la playa con él. Cuando Zayn vio que continuaste besándolo entendió lo que querías y tranquilamente te desabrochó el bikini y te bajó la parte de abajo. Tú intentaste bajar su bañador pero como estaba sobre el suelo no podías, así que se giró colocándose sobre ti para que pudieras hacerlo. Los dos os encontrabais completamente desnudos en la arena sobre una toalla bajo la luz de la luna. Vuestros cuerpos estaban ya entrelazados y tú estabas viviendo el mejor momento de tu vida. Tus manos recorrían todo su cuerpo como las suyas el tuyo. Suspiraste un poco, cuando Zayn se dio cuenta bajó el ritmo hasta que paró, abrazándote con los dos brazos para que no pasaras frío. Después cogió otra toalla y os tapó. Lo que acababa de pasar había sido increíble.

***

Alex no podía creérselo. Rafa le acababa de contar que estaba enamorado de ti.

Sentía un poco de rabia, porque no era fácil saber que tu propia amiga te había robado a aquel chico. Pero lo que en el fondo más le dolía era que no la quisiera a ella. No podía entender como los hombres son tan imbéciles y como Rafa no se dio cuenta de que quien de verdad lo quería era ella.

Lo peor es que tenía que aconsejar a Rafa, como buena amiga suya que era. Como ya no podía aguantar más el asunto y necesitaba llorar -no tenía apoyo que sirviera ya que tú estabas implicada- le dijo a Rafa que se sentía mal y se fue a casa corriendo, sin decir nada más.

Rafa, mientras tanto, se quedó solo en el agua, con una pala en la mano y la pelota para jugar en la otra, preguntándose qué le pasaba a su amiga.

***
Tu móvil comenzó a sonar. Era Alex. Después de todo lo que te había pasado y teniendo en cuenta que estabas desnuda junto a Zayn abrazados bajo una toalla en la arena, no tenías ganas de hablar con ella.

No esperabas para nada lo que te iba a contar, por eso le colgaste y le enviaste un mensaje: “Luego te cuento”

Después tiraste el móvil a la bolsa y besaste a Zayn. No os habíais dicho nada desde tu “Te quiero” que comenzó con todo lo demás, cuando de repente Zayn te habló.

-¿Te he hecho daño?
-Vamos, Zayn. Como puedes decir eso –era perfecto, después de aquello él estaba preocupado en si te había hecho daño-. Ha sido genial –te daba vergüenza admitir que era tu primera vez.
-Ya, bueno, supongo que tú tenías experiencia pero yo…

No podías creerlo. ¡También había sido su primera vez! Eso hizo que todo se volviera más especial y sentiste muchísimas ganas de besarlo. Lo hiciste y después le susurraste al oído: “¿De verdad lo he hecho tan bien para ser mi primera vez?”

Zayn sonrió. Eso lo alivió un poco.

-Bueno, ahora que lo dices no tanto… ¿Qué tal si intestas mejorarlo… -se volvió a lanzar sobre ti.

Te apetecía muchísimo volver a hacerlo pero ya era tarde y estabais tirados en medio de la playa. Era hora de volver a casa.

-Habrá muchos más días para mejorarlo –le contestaste entre besos-. Ahora ya es hora de ir a casa. Por cierto, mañana tenemos que decirle lo nuestro a Rafa. No creo que pueda aguantar más tiempo ocultándolo.
-No problem, babe. Por mí, genial –te guiñó un ojo y se levantó-. Vamos a recoger esto anda –te dijo mientras observabas sus espalda. Era perfecta, y que te lo dijeran a ti que la habías sentido y agarrado. También miraste una zona más baja que aunque no se la habías visto bien sí que habías tocado. También era perfecto, como el de un bebé literalmente-. Eh, ¿qué miras?
-Nada, pero vístete ya que me distraes.

Se rio y se puso el bañador. Después cogió su camiseta y te acercó tu ropa. Era extraño porque no te daba vergüenza que te viera. Te vestiste y cuando todo estaba recogido fuisteis al coche. En pocos minutos habíais llegado a casa.

***
Que le colgaras a Alex no le extrañó aunque tampoco se imaginó el verdadero motivo hasta que te vio entrar tan feliz a casa. Cuando tú la viste a ella, con los ojos llorosos, te arrepentiste de haberle colgado. Algo había pasado con Alex mientras tú estabas en la playa, disfrutando y sin preocupaciones. Y lo peor es que no te imaginabas cuánto tenías que ver en ello.

Pte. 10

Corriste hacia ella y la abrazaste. Te separaste de ella y le preguntaste qué ocurría. Oírlo salir de su boca provocó que tu felicidad se esfumara.

Ella no pudo evitar que una lágrima recorriera su mejilla, mientras tú dabas vueltas por el salón. Te sentías tan mal que ni pensando lo que había pasado con Zayn te aliviaba. De hecho te hacía sentir mal también por él. Cuando Rafa le dijera que se había enamorado de su novia…

Entonces recordaste que la que peor lo estaba pasando era tu amiga Alex y lo único que atreviste a pronunciar fue:

-Lo siento.

Alex comenzó a mirarte con la mirada firme y empezó a hablar. Todo le había dolido más de lo que pensabas.

-No tienes nada que sentir. Siempre ha sido así. Tú ligabas mientras que yo me quedaba atrás. Todos se fijan en ti, mira a Zayn. Has conquistado a mis dos amigos en dos días. Eres guapa, simpática, tienes un cuerpazo… y yo soy una chica normal y corriente: fea, sin curvas y en la que nadie se fija. Además, tú…
-¡Calla estúpida! ¡No vuelvas a decir eso jamás! ¿Crees que yo no sufro sabiendo lo que te he hecho? –la interrumpiste entre lágrimas.

Alex se quedó en silencio. Pensabas que había entrado en razón pero lo único que dijo fue:

-Tienes razón, la culpa es mía, que te invité a pasar el verano aquí.

Zas. Y así es como las palabras se clavaron en tu corazón. Corriste hacia tu cuarto que en realidad también era suyo y empezaste a hacer la maleta. Te ibas de Bournemouth. Mientras recordabas a Zayn. No le sentaría nada bien que te fueras, le dolería tanto como a ti despedirte de él y saber que jamás lo volverías a ver.

Mientras pensabas todo lo que habías pasado a su lado, te entraron ganas de llorar, muchas, hasta que lloraste. Alcanzaste tu móvil y pusiste “Pretend it’s OK” lo más fuerte que podías (escuchad la canción mientras leéis clickando sobre su título).

Tirabas las cosas a la maleta hechas un lío y muy arrugadas. Tenías un cacao mental impresionante.

Primero pasas la mejor tarde de tu vida con Zayn. Vuelves a casa súper feliz, deseando de contarle todo a Alex y te la encuentras llorando. Resulta que el chico al que ella ama quiere a otra, pero no podía ser cualquiera, tenías que ser TÚ. Si por eso ya te sientes mal por Alex y Zayn, encima ella te echa la culpa de todo cuando explota y se enfada contigo. Ahora estas tirada en tu cama, haciendo la maleta porque te vas de Bournemouth, dejando atrás a Zayn y a Alex, que no quiere que sigas allí arruinándole la vida.

Intentas ordenar tu cabeza y decides bien lo que vas a hacer. Primero se lo vas a explicar todo a Zayn y después le dirás que… te vas. Después se lo dirás a Alex si es que quiere escucharte y a Rafa… no vas a darle explicarle nada. Bastante había hecho ya él.

Cuando toda la maleta estaba llena y completa, cogiste el ordenador y sacaste un billete para el día siguiente a las… 12 de la mañana. Así no tendrías que estar allí para la hora de comer. Tras imprimirlo, lo guardaste en uno de los bolsillos de tu mochila y sacaste el móvil.

Tú: Zayn, puedes bajar un momento al portal, por favor?? Tengo que hablar contigo…

Te aparecía que estaba en línea, así que contestó a los pocos segundos.

Zayn: sí, que pasa?
Tú: Baja ya.


*Narra Zayn*

¿Qué podía pasarle? Me puse los zapatos que era lo único que me había quitado desde que entré a casa y me acerqué a la puerta para salir. Justo entonces entraba Rafa, al que no me paré ni a saludar. Estaba demasiado preocupado. Mientras bajaba las escaleras sí que me detuve a pensar por qué habría vuelto con esa cara de confusión. Bueno, ya le preguntaría después

Cuando llegué al último tramo de escalones, la vi esperándome apoyada en la pared. Me acerqué a ella y la abracé, ya que no habíamos hecho nada público y Rafa había vuelto.

-¿Qué ha pasado?
-Muchísimas cosas. ¿Prefieres que te lo explique mientras paseamos?

Yo ya estaba asustado.

-Bueno… está bien. Vamos a la playa.

Salimos, simplemente le abrí la puerta y ella pasó delante de mí. Comenzamos a caminar cuando ella decidió explicármelo todo.

***
Ya habíamos llegado a la playa. Yo seguía impresionado con lo de mi primo Rafa y me sentía muy mal por hacerle daño, aunque él aún no lo supiera. También me daba mucha pena Alex y bueno, lo que más me dolía era lo mal que lo estaba pasando mi novia, ella.

-¿Nos sentamos?
-Claro, babe.

Estábamos sentados en la orilla, nuestros pies casi se mojaban.

-Alex se ha enfadado conmigo. Dice que le he arruinado el verano y que ojalá no hubiera venido. Me voy mañana.

Parecía que había dicho algo que yo no podía haber entendido bien, ya que su hilo de voz temblaba y su pronunciación inglesa no era perfecta.

-¿Qué? Creo que no te he entendido bien.
-Por favor, Zayn, no me hagas repetirlo porque no sé si podré… -las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas.

Creo que lo que había oído era justamente lo que ella había dicho. Se marchaba de vuelta a casa.

Me levanté y empecé a girar sobre mí mismo.

-Pero… no puedes irte, babe. No puedes… no…


Pte. 11

Volví a sentarme a su lado y coloqué mis manos sujetando mi cabeza. Me revolvía el pelo y cerraba los ojos. Pensaba que era una pesadilla. Quizás me despertaba en algún momento, pero no pasaba nada. Seguíamos sentados en la orilla de la playa y ella lloraba después de decirme que se volvía a España.

-No puedes hacerme esto. Es injusto.
-¿Crees que a mí no me duele dejarte aquí? ¿Crees que yo no estoy sufriendo?
-Pero podrías quedarte. Esto es sólo una tontería…
-Claro, ¿y dónde duermo? Porque Alex no me quiere en su casa y en la tuya con tu primo no podemos estar. ¿También quieres hacerle daño a él?

Tenía razón pero esto habría muchas formas de arreglarlo si pensáramos en algo…

Aún no me hacía la idea de no volverla a ver nunca más… así que no podía pensar en ese momento. Estaba tan dolido…

-Me voy a casa, babe. ¿A qué hora sale tu avión?
-A las 12 de la mañana…

Asentí con la cabeza y me aleje de aquella playa. Había tenido una idea pero no sabía si me daría tiempo de hacerla. Tenía que ser muy pero que muy rápido…

*Narrador*

Tú seguiste sentada en la orilla. Zayn había reaccionado muy mal, ni siquiera te había dado un beso de despedida como solíais hacer. Decidiste levantarte y volver a casa. Ya era tarde y tenías que contarle que te ibas a Alex, sin tantas explicaciones como a Zayn, pero tenías que contárselo.

***
Entraste al piso y saludaste a Alex. Después te sentaste en un sillón distinto al que ella se encontraba y le dijiste que te ibas, sin más. Ella abrió un poco más los ojos y te miró, sorprendida. Después simplemente te dijo “vale” y volvió a mirar la tele.

Seguía enfadada y parecía no importarle mucho. A ti tampoco te importó su reacción.

Te levantaste del sillón y te acostaste en la cama tras revisar que todo estaba empaquetado y que no se te olvidaba nada, aparte de Zayn... Pusiste tu despertador a las 9 para no llegar tarde y te dormiste.

***

*Pi pi pi* *Pi pi pi* Lo apagaste de un manotazo. Ya llevabas despierta un rato, porque estabas muy triste. El único nombre que aparecía en tu cabeza era Zayn. Zayn, Zayn, Zayn. Te levantaste rápidamente, metiste el pijama en la maleta y sacaste una ropa para el viaje. Te vestiste, cogiste tus maletas y la mochila y tras decirle adiós a Alex (que sabías que estaba despierta) saliste del cuarto y de la casa. Adiós Bournemouth.

***
Ya llevabas varias horas en el aeropuerto. Habías dado ya bastantes vueltas y pensaste que era hora de ir a facturar. Revisaste que no tenías ningún mensaje de Zayn en el WhatsApp y nada, todo vacío. Ni siquiera había ido a despedirse y te dolía, mucho.

Estabas ya en el control de metales. Sabías que si cruzabas, no volverías a ver a Zayn. Miraste por última vez hacia atrás. Nadie conocido. Asumiste que ya nadie volvería a despedirse de ti, así que cogiste tu maleta y la montaste en la cinta. Después cruzaste el detector y nada pitó. El hombre se disponía a entregarte tu maleta cuando alguien gritaba.

-¡BABE! ¡ESPERA! TENGO QUE DESPEDIRME DE ELLA, DEJADME PASAR.

Era él, Zayn.

Atravesaste la gente que hacía el control y llegaste hasta él. Lo abrazaste muy fuerte, con todas tus ganas. Tras varios segundos te separaste de él.

-Gracias por haber venido, pensaba que ya no lo harías.
-Siento haber llegado tan tarde, es que no pude acabarla más rápido.

Entonces sacó un papel y te lo entregó. Esto era lo que ponía:



Can't believe you’re packing your bags
Trying so hard not to cry
Had the best time and now its the worst time
But we have to say goodbye

Don't promise that you're gonna write
Don’t promise that you'll call
Just promise that you won't forget we had it all

Cause you were mine for the Summer
Now we know its nearly over
Feels like snow in September
But I always will remember
You were my Summer love
You always will be my Summer love

Wish that we could be alone now
If we could find some place to hide
Make the last time just like the first time
Push a button and rewind

Don't say the word that's on your lips
Don't look at me that way
Just promise you'll remember
When the tide is grey

Cause you were mine for the Summer
Now we know its nearly over
Feels like snow in September
But I always will remember
You were my Summer love
You always will be my Summer love

So please don't make this any harder
We can't take this any further
And I know there's nothin that I wanna change, change

Cause you were mine for the Summer
Now we know its nearly over
Feels like snow in September
But I always will remember
You were my Summer love
You always will be my Summer love



-Es una canción.
-Es preciosa… Zayn… te quiero.

Y te lanzaste a sus labios, suaves y húmedos como siempre. Estuvisteis así durante varios minutos mientras recordabas todo lo que habíais vivido juntos: el puñetazo en el ojo, ir a comprar hielo al súper, las clases de inglés y la supuesta clase de natación que acabó en algo precioso… El beso fue amargo, con mucho sabor a despedida.

*Vuelo 230710 J hacia España, embarquen por favor*

Era el tuyo. Tuviste que separarte de él, con lágrimas en los ojos.

-¿Puedes cantármela antes de que me vaya?
-No, así tendrás alguna excusa para volver.

Volvieron a llamar tu vuelo. Tenías que irte. Le diste un último beso a Zayn y otro abrazo. Después vuestras manos se fueron separando hasta que tú saliste corriendo a por tu maleta, sin mirar atrás, porque sabías que si lo hacías no podrías irte...



Pte. 12 (Última)

*Agosto de ese año*

Tú madre se quedó en shock cuando te vio entrar por la puerta de casa aquel día de junio. No le contaste lo de Zayn, sólo lo que había pasado con Alex y Rafa y más o menos te entendió.

Ya llevabas dos meses en casa y aún no habías vuelto a hablarle a Alex. Con Rafa tuviste una conversación bastante seria donde le contaste que salías con Zayn y que no sentías nada por él. No te atreviste a contarle que Alex estaba enamorada de él porque no sabías como le sentaría a ella.

 Respecto a Zayn, no os hablabais tanto como antes. En junio, después de que volvieras, tardasteis semanas en volver a hablar. Después pasasteis a hablaros cada noche hasta las tantas enviándoos mensajes, una vez hasta las 6 de la mañana. Poco a poco empezasteis a dejar de hacer eso y ya quizás solo hablabas con él una vez al día. Aun así, tú no le habías olvidado y leías su canción muchas veces, una y otra vez, intentando ponerle algún ritmo bonito. Con o sin ritmo, te la sabías de memoria.

Eran finales de Agosto, ibas a empezar la Universidad. Fue una pena no poder aprender mucho inglés, aunque tener un novio británico te ayudó un poco. Ahora tenías que recuperar la asignatura, los exámenes eran dentro de poco. Tú habías estado estudiando mucho para sacártela y estabas segura de que lo harías.

Ya te tocaban los últimos repasos, así que irías un momento a la biblioteca para memorizar de nuevo posibles cosas que quizás no recordabas. La biblioteca te recordaba a Zayn. Gracias a él sabías todo el vocabulario de aquel lugar.

En eso estabas pensando cuando saliste de casa con un par de libros bajo el brazo. Ibas un poco distraída cuando escuchaste una melodía… SummerLove (clicar para escuchar en esta parte del capítulo)

“Can't believe you’re packing your bags
Trying so hard not to cry
Had the best time and now its the worst time
But we have to say goodbye…”

Miraste a la izquierda y allí estaba él tocando la guitarra. La canción que sonaba era la que él te compuso. Zayn había vuelto.

Te acercaste a él y lo besaste intensamente, con todas las ganas reprimidas que tenías. Tenías que reconocer que aquel fue el mejor beso que te habías dado con Zayn. Mientras lo besabas se paró el mundo, sólo Zayn, tú y todos los recuerdos que pasaban por tu cabeza en esos instantes. Cosas pequeñas que nadie había visto, sólo él y tú…
 
Cuando te esperaba con la mochila para ir a la playa…

…cuando lo encontraste mirándote desde las escaleras…

…cuando salisteis a dar un paseo y él iba TAN guapo…

…cuando comisteis juntos…


...cuando te hacía reír...


...o cuando él sonreía por ti.

El beso terminó. Tus libros estaban en el suelo, ya no te acordabas de que los habías tirado. Él fue el primero en hablar.

-Vi que no volvías, así que tuve que venir yo.

Sonreíste, él siempre hacía que lo hicieras.

-Tenía muchas ganas de verte, Zayn.
-Y yo a ti, babe.
-¿Cómo sabías que vivía aquí?
-Alex me lo dijo, creo que es hora de que hagas las paces con ella.

De repente, cuatro personas aparecieron de la esquina. Eran Alex, Rafa y un chico y una chica a los que no conocías. Alex corrió hacia ti y tú hacia ella. Os disteis un abrazo muy fuerte, como el que os disteis al reencontraros en el aeropuerto de Bournemouth.

-Lo siento, sinmo. No debía haberte dicho aquello. Sé que no tienes la culpa de nada de lo que pasó y lo que dije fue porque estaba destrozada y un poco frustrada…
-No pasa nada, Alex. Yo debí haberte entendido, pero también estaba un tanto sensible. Además… -te acercaste a su oído y le susurraste- tengo que contarte muchas cosas.
-No puedo esperar a oírlas –las dos os reisteis.

Después te acercaste a Rafa y le diste dos besos.

-¿Y tú qué tal, Rafa?
-Muy bien, mira te presento a Laura. Es mi novia.

Tú te alegraste muchísimo de aquello. Te quitabas un peso de encima y además sabías que Rafa tenía a alguien que se merecía, porque era un buen chico.

Te acercaste a ella y le diste dos besos.

-Encantada –le sonreíste. Después continuaste-.Bueno, ya sólo me queda conocerte a ti.
-Sinmo, él es Harry, mi novio.

Wow, eso sí que no te lo esperabas. Te alegraste por los dos incluso más que por Rafa, además, Harry era un chico guapísimo.

Le diste dos besos, como a Laura y después se te ocurrió una idea.

-Bueno, pues ya que estamos aquí las tres parejas, ¿qué tal si vamos a tomarnos un café juntos?

A todos les pareció una idea genial, pero Zayn interrumpió.

-Vosotros podéis ir yendo, yo voy a pasarme por mi piso a soltar la guitarra.

Tú estabas desconcertada. ¿Su piso?

-Te acompaño, Zayn.

Los demás se alejaron y Zayn y tú os quedasteis a solas.

-¿Cómo que tu piso?
-Creo que se me olvidó decirte que…

Soltó la guitarra en el suelo y abrió los brazos.

-… ¡ME VENGO A ESTUDIAR AQUÍ!

Ahora entendiste por qué abrió los brazos. Era para que tú te lanzaras a ellos y lo abrazaras de felicidad.

-¡NO PUEDE SER! ¡TE QUIERO ZAYN, MÁS QUE A TODO!

Lo abrazaste muy fuerte y después lo besaste. A partir de ese día, vivirías con Zayn y estarías junto a él toda la vida.

FIN




¡¡Hola crazy mofoos!! En primer lugar agradecer que hayáis leído mi imagina. Sé que lo he dicho muchas veces pero GRACIAS por todas las visitas y comentarios, gracias a ello he disfrutado muchísimo escribiendo este imagina :) En segundo lugar, espero que el final os haya gustado y no os haya decepcionado, lo he hecho lo más completo posible. Si queréis epílogo, podéis votar en la encuesta arriba o dejar un comentario :)) En definitiva, espero que os haya gustado este imagina de Zayn (marcad vuestra opinion en los cuadritos de abajo) y GRACIAS POR HABERLO LEIDOOOO!! OS QUIERUUUUUU -Pilar :D
PD: PORFA DEJAD UN COMENTARIO ABAJO DICIENDO SI OS HA GUSTADO O SI NO Y LO QUE MAS OS HAYA GUSTADO O LO QUE PUEDA MEJORAR O NO SE, VUESTRA OPINION :) GRACIAS!!

21 comentarios:

  1. Esta super genial! Subid pronto los siguientes capitulooos! :DD

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  2. Me encanta!!! continuala porfa!! dhihvludufs adoro su forma de escribir es tan asdfghjkl

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  3. Esta super genial! Subid pronto los siguientes capitulos porfavooor! :DD

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  4. Subid los siguientes capitulos porfaaa! Que me muero de ganas de saber lo que pasaaaa! <3

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  5. Sigueeee ..muaaaaaaaáaaaaaa:'(:'(:'(no me dejes con la intriga por favorr. Is fabolouis,amazayn,pjenomeniall.,briliam,extraordynharry jaja besos de una crazy mofo ..y ya q estas sigue von el inmagina de louis..

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  6. ME ENCANTA ME ENCANTAAAA! Siguela porfavor <3

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  7. siguelaaaaaaa, porfi
    me encanta!!!!!!!!!!!!!

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  8. Me encantaaaaaaaaa! Sube los siguientes capitulos porfa! Esta genial, enserio:D

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  9. Me encanta!!! Sigue así, estoy esperando a q llegue la emocion, porq no dudo q se pondra interesante pronto... jajaj <3

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  10. AHHHHH! Me encanta, me encanta, me entantaaaaaaa! Enserio, me encantaaa! Es geniaaal! <3333333333 :P

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  11. Lo amé SIGUELOOOOOOOOOOOOOOOO
    :)

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  12. SIGUE PORFAVORRR! <3

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  13. Sigueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee porfis

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  14. Esta genial, sigue porfa;)

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  15. Porfaaa sigue pronto:D me encantaa!

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  16. NO NOS PUEDES DEJAR CON LA INTRIGA! ESO ES BULLYING! SII BULLYING!! POR FAVOR, CONTINUALA

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  17. ESTA GENIAL :) ME ENCANTO

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